Para transformar tu mundo te invito a leer este artículo que tiene algo de humor, porque la realidad es para nosotros más compleja, y algunas pistas que pueden sumarte una mirada diferente.


Las 4 CLAVES

1. ACÉPTATE Y ÁMATE TAL COMO ERES

ACÉPTATE Y ÁMATE TAL COMO ERES

Conocerte, aceptar todo lo que eres (lo que te gusta y lo que no) y cultivar Amor incondicional hacia ti es el primer gran paso.

¿Cómo podrías brindar algo que no tienes

¿Con cuánto amor te sientes, te respiras, te observas?

¿Qué necesitas aceptar?

¿Qué te resulta difícil comenzar a amar de ti?


2. ACTÚA EN CONSECUENCIA

ACTÚA EN CONSECUENCIA

La transformación requiere cambios en el Ser y también en el Hacer.

De nada sirve hablar de amor si este no es generativo. El cambio de observador es fundamental, pero insuficiente si no existe un compromiso con la acción.

¿Qué demostraciones de amor te das

¿Cómo te cuidas?

¿Qué lugar ocupas en tu diario vivir?


3. REPITE PASOS 1 Y 2 ahora también con relación a tu ENTORNO

Sin olvidarte de ti, expande Amor a tu alrededor.

«Ama a tu prójimo como a ti mismo».

Recuerda que aceptar no significa Resignar.

¿Qué puedes hacer hoy por tu entorno?

¿Qué habrá diferente en ti cuando decidas aceptar lo que es?


4. REPITE PASOS 1, 2 Y 3 DÍA A DÍA sin desestimar pequeñas acciones

La repetición de un comportamiento genera un hábito.

Solemos creer que las pequeñas acciones no cuentan; lo cierto es que cada cambio tiene efecto expansivo.

La integración con otros, el encuentro con la vida y el ambiente genera un efecto multiplicador capaz de transformar, finalmente, al mundo tal como lo conocemos.

¿Qué acción ridículamente pequeña puedes realizar hoy mismo?

¿Qué pasará cuando la repitas durante 20 días? ¿Y en un año?

¿Qué pasará cuando esto se multiplique?


TU AMOR EN ACCIÓN TRANSFORMA

LA CLAVE ERES TÚ

«Sin aceptación y amor en acción ninguna transformación es posible

Ojalá tengas tus discrepancias, pues lo que pretendo es incomodarte. Nadie puede darte LAS claves, las «fórmulas mágicas» no existen y, en todo caso, no son efectivas para todo mundo, momento ni situación.

Creo que sin aceptación y amor en acción ninguna transformación es posible, pero no me hagas caso, ve y compruébalo tú mismo.

Si este artículo sirvió para generarte nuevas preguntas habrá cumplido su cometido.

¿Qué de esto te resonó?

Te invito a compartir tus comentarios al pie de este artículo.

Nos leemos luego.


Publicaciones Similares

3 comentarios

  1. Muy bueno, Eduardo. Coincido tanto que no se me ocurre cómo incomodarte a ti un poco. 🙂
    La 4a pregunta que nos propones: «¿Qué te resulta difícil comenzar a amar de ti?» tiene un potencial transformador de dimensiones siderales. Gracias por eso.
    Al abrirme a la posibilidad de amar uno de mis tantos defectos, las cosas se movieron.
    Muy agradecida.

    1. Qué lindo Patricia lo que compartís. Muchas gracias por hacerlo! 🙏🏽

      Debo también ser sincero en que muchas veces aporto preguntas que me realizo a mí mismo. Creo que eso también hace al valor y al para qué escribo lo que escribo. Al menos para mí 😊

      En esto que comentás, me queda resonando esto de cómo solemos ver características propias como defectos, no? Porque en algún punto sospecho que eso que vemos como defecto es por ahí sólo una perspectiva de algo nuestro, de algo que esencialmente no es bueno ni malo sino quizás una cualidad que podemos utilizar positivamente o puede plantearnos desafíos… Pero siempre para trascender, para incluso fortalecer otros aspectos de nuestro ser. Entonces, desde ese lugar, ningún movimiento, por pequeño que sea, que nos permita amar e integrar más de nosotros mismos resulta poco. Al mismo tiempo, toda cualidad del otro y del entorno requiere primero ser aceptada y valorada para luego ser integrada a nuestras vidas como luz o energía positiva y transformadora.

      Gracias nuevamente porque tu aporte me ayuda a seguir reflexionando y creciendo.

      1. Qué buena tu respuesta también, Eduardo. Gracias!!!
        La palabra «defectos» tiene carga. Dudé si elegirla pero fue la primera que se me ocurrió.
        Siguiendo tu propuesta y planteo, todos son aspectos a través de los cuales nos expresamos, y basta imaginarse que uno por alguna razón no pudiera expresarse en un sentido, para pasar a valorar lo que de alguna manera podemos estar rechazando.
        Yendo a un ejemplo concreto: a veces hablo de más. Es algo que estoy observando en mí y viendo qué hacer al respecto. Pero basta imaginarme que perdiera la capacidad del habla, para valorar mi posibildad de comunicación verbal por sobre cualquier característica que esta pueda tener.
        Igualmente me encantaría pasar a decir únicamente las palabras que previamente fueron sentidas, pensadas y evaluadas como necesarias, útiles, verdaderas y amables.
        Abrazo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *