Agradecer es una acción simple y transformadora. Integrarla como un hábito tiene efectos inmediatos en nuestro estado emocional, en nuestras relaciones interpersonales y otros resultados que sorprenden.

Agradecer con relación a otros nos conecta, nos acerca y amplía el vínculo de confianza.

Agradecer las situaciones que vivimos, incluso aquellas que experimentamos con dolor, las que nos cuesta aceptar, abre posibilidades infinitas. Nos permite darnos cuenta de qué podemos aprender allí, surgen nuevas líneas de acción y también aligera nuestro peso.

Nos resistimos al dolor, a nuestras sombras, a lo que no nos gusta sentir ni percibir. Escapamos y nos escondemos, en definitiva, de una parte de nosotros mismos.

Te propongo algo: La invitación es a mirarte, a aceptar lo que es, no para resignarte sino para reconocer la unidad que eres, todo lo que te hace ser quien hoy eres. Tus virtudes, talentos, debilidades, tu historia, tus dolores…

Sólo observándote completa y amorosamente podrás elegir qué hacer con ello primero y qué camino seguir después. Incluso en tus zonas más oscuras hallarás la luz que puedes brindar al mundo. Y cuando encuentres «eso», allí dentro, en lo profundo… AGRADECE.

Agradecer es una acción simple y transformadora que nos abre posibilidades a nuevos resultados.

Agradecer-nos por estar, por existir, por los momentos que nos dedicamos, por avanzar, por intentarlo, por sostenernos y hasta por acompañarnos a nosotros mismos también habilita nuevas oportunidades. Estas nacen desde el Amor, desde una sana y necesaria autoestima.

Cada persona merece y al mismo tiempo es capaz de generar Bienestar. Es un derecho inherente a la vida y también un potente catalizador de cambios y regeneración social.

Agradecer lo que es, lo que somos, lo que fue y lo que será es, quizás, la acción más simple y transformadora que puedes comenzar a practicar hoy.

Gracias porque la vida siempre permanece

Yo me encontraba realizando un ejercicio que implica conectar con mi capacidad de aceptación y respeto a «lo que es», y lo vi claramente.

Aún en situaciones que poco comprendemos, aunque duela la ausencia, aunque nos cueste respetar que el otro actúe o tenga un destino diferente al que elegiríamos para él, el simple hecho de Agradecer nos permite cambiar la perspectiva.

Recomiendo experimentarlo.

Gracias porque la vida siempre permanece.

Aplica tanto ante la pérdida de un ser querido como al despedir a un líder que se traslada, tanto ante caminos de dos amigos que se distancian como frente a la pérdida del joven que alguna vez fuimos. En toda situación de pérdida.

Pase lo que pase, tras la partida y respetando tus emociones, Agradecer puede ser un bálsamo que al mismo tiempo te brinde energía de vida y empuje para continuar.

¡Haz tú la prueba!

Te invito a recordar a esa persona o estado que ya no está y, enfocándote en los momentos o en una escena en particular que sea importante para ti, lista exhaustivamente todo lo que puedes agradecer con relación a esa situación.

Luego puedes leerlo en voz alta para ti y hasta quizás repetir:

Gracias porque la vida siempre permanece.

Registra tus sensaciones, pensamientos y aprendizajes tras esta breve experiencia.

En la familia, en el grupo de amigos, en la cultura de una empresa, en el equipo, en la organización, en la comunidad. Aun con todos los peros que quieras hallar, lo que trasciende es la vida. Incluso aunque no encuentres otro motivo para agradecer, lo que trasciende es la vida.


Si llegaste hasta aquí, te agradezco la compañía y te invito a comentar, si eliges hacer el ejercicio y así lo sientes, un motivo para agradecer con relación a esas personas o situaciones que ya no forman parte de tu realidad tal como quisieras.

Esto también puede ser parte de la conversación cuando acompaño a una persona o empresa a diseñar su futuro, porque nuestra historia, nuestros dolores y nuestras pérdidas forman parte de quienes estamos siendo al momento de emprender un cambio.

¡Que tengas una excelente jornada!

Eduardo Hernández M.
Coach & Facilitador
Responsable de COLABORA

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7 comentarios

  1. Gracias, Eduardo. Al leerte, mi foco de atención se fue hacia la perdida de seres queridos.

    Cada vez que agradezco la pérdida (muerte o alejamiento) de un ser querido, se me abre claramente la oportunidad que eso despliega. Cada ser que se aleja abre un abanico nuevo de oportunidades en mi vida.

    Lo cual es extensible a cualquier aspecto de la existencia al que me haya apegado. Lo que se termina, permite nuevos comienzos, tanto en el plano de la acción como en el plano emocional, y también mental.

    El agradecimiento tiene todo que ver con la percepción de la perfección de la vida, más allá de nuestros deseos.

    Te envío un abrazo. Me encantó esta entrada.

    1. Gracias por invitarme al aprendizaje siempre con tus aportes, Patricia!
      «El agradecimiento tiene todo que ver con la percepción de la perfección de la vida…» es bellísimo. Ciertamente es una herramienta que transforma nuestra percepción sobre casi cualquier tema y nos abre a la perfección de lo imperfecto.
      Me resulta muy interesante también cómo integrarlo a otros ámbitos cambia la forma de relacionarnos… con nuestro trabajo, nuestras limitaciones y aparentes debilidades, nuestros supuestos fracasos…
      Gracias porque sé que desde tu profesión ayudas a que más personas reaprendan a Agradecer!

  2. A mí me ha resultado muy productivo explorar en diferentes áreas aquello que experimento útil en un ámbito concreto. Estoy de acuerdo contigo en que es interesante y generativo agradecer en todo tipo de circunstancias. En verdad termina pasando automáticamente, pues es una forma de mirar. Y es como todo… hasta que no descubres por primera vez un tipo de pájaro, nube o insecto, «nunca antes lo habías visto». Quizás sí estuvo ahí pero tu atención se lo había pasado por alto. Con el agradecimiento pasa igual. Empiezas a encontrar razones para agradecer en todo y todos.

    Otro abrazo. Linda charla. Re privada, jajá. 🙂

    Agradecer lo que no nos gusta que sucede o está en nuestra vida es asombrosamente revelador.

  3. Gracias Eduardo, agradecer nos recuerda lo inmenso del Universo y a la vez nos da la oportunidad de aplicar humildad. Dar las gracias implica, en mi consideración, un compromiso con la forma en la que queremos vivir nuestra vida. Nos permite hacer responsables de nuestros actos y asumir las consecuencias. Dar gracias no es un simple uso socual, cobra la dimensión correcta cuando agradecemos a consciencia. Muchas gracias Eduardo!

    1. Gran aporte hablar de Humildad… Cualidad ligada sin lugar a dudas al Agradecimiento. Nos encanta esto de reconocerlo, además, en relación a la forma en la que elegimos vivir. Podría uno plantearse que comenzar a Agradecer conscientemente sería una herramienta de apoyo a nuestro proceso de cambio cuando nos planteamos una nueva manera de habitar… nuestro trabajo, nuestras relaciones, nuestros proyectos y nuestra propia vida.

      En tu comentario hablas de responsabilidad. Nos parece un aporte super interesante vinculado al agradecimiento. ¿Qué responsabilidades asumimos al permitirnos agradecer? ¿Qué pasa en nosotros cuando agradecemos a conciencia?

      Aquí también hacemos énfasis en el agradecimiento vinculado a las acciones de los demás, y a los hechos que nos sorprenden en el día a día. ¡Qué difícil puede ser agradecer a las personas con las cuales no compartimos (aparentemente) nada de nada! ¡Más aún a las situaciones que sentimos nos hicieron daño! ¿No? Este es el reto mayor al que también invitamos. No para justificar cosas injustificables, ni resignarse, ni siquiera hablamos de perdón sino que creemos que Agradecer da paso a la Aceptación, y aceptar lo que es tal como es nos libera. Se abren nuevas posibilidades de comprensión y acción, insumos para tomar nuevas decisiones y, ganando conciencia, crecer en asertividad.

      ¡Gracias por tus aportes valiosos, Virginia!

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