Llega un nuevo año y el clima emocional parece cambiar. La sensibilidad está a flor de piel, la paciencia parece caer junto al calendario y quizás aparezcan discusiones sinsentido.

En estas fechas solemos conectar con el pasado y emociones que estaban contenidas tienden a desbordarse, esto sumado a la vertiginosidad que el cierre de actividades conlleva. Es como si una olla a presión estuviera a punto de explotar.

Esto sucede en la empresa y el rol del líder es fundamental para una sana gestión de las emociones.

Lo primero a reconocer es que no existen emociones buenas o malas, TODAS son parte de un sistema que nos aporta info valiosa. Etimológicamente Emoción es una invitación a la acción, al movimiento.

Cada emoción trae un mensaje diferente.

A modo de ejemplo: el enojo nos alerta de un límite o expectativa no atendida y la tristeza nos habla de algo que perdimos y creemos no poder recuperar. Esto muy resumidamente.

En la empresa como en el hogar, es importante darle espacio a las demás personas para poder expresar lo que sienten y ESCUCHAR. También reconocer tus propias emociones.

El diálogo es fundamental para resolver y evitar posibles conflictos. Hazle saber a los demás que te importan. Un genuino interés por ellos aportará bienestar a la ecuación.

En la empresa tememos hablar de AMOR, ¿pero sabes qué? Cuanto más integres este valor, más sano y sostenible será el equipo, por lo que mejores serán también sus resultados.

«…lo necesario es realmente COMPROMETERTE humanamente con ellos, abrirte, sentirlos y sentirte.»

Comienza por escuchar tus propias emociones y gestionarlas de manera inteligente (date tiempo para el aprendizaje), todas buscan «jugar» a tu favor. Luego invita a tu gente a darle lugar a sus propias emociones en la búsqueda constructiva y colectiva de bienestar.

Debes estar allí para ellos, contener cuando sea necesario, acompañar, EMPATIZAR y, sin intentar simplificar algo complejo sino transmitirte lo fundamental, te comparto que lo necesario es realmente COMPROMETERTE humanamente con ellos, abrirte, sentirlos y sentirte.

Nuestras emociones también tienen su lugar en la empresa y llegan en todo momento del año, hayan sido invitadas por nosotros o no.

En el Encuentro, en tu Presencia y Atención está la clave para que la gestión de las emociones, en este tiempo, los fortalezca.

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2 comentarios

    1. Gracias por tu comentario Letizia! Sin duda alguna las emociones tienen su lugar en la empresa y muchas veces nuestros desafíos como equipos pasan por allí? Tú que piensas?

      Te cuento que puedes suscribirte a las novedades de la página para recibir en tu correo las próximas notas. Saludos!

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