PENSARES
Te levantas a la mañana, te aseas, te vistes y adoptas el personaje que entiendes se ajusta mejor a las personas y situaciones que te encontrarás luego, en el próximo escenario.
Tu familia, tus colaboradores, tus jefes, tu equipo de trabajo, tal vez alguien que no te cae bien o quizás tu persona amada. Para unos u otros eliges mostrar un personaje semejante a ti.
Te dices que si eres más condescendiente ellos te amarán más, o que si te muestras duro y expones tus ideas con rigidez, te respetarán.
Te dices que si ocultas tus vulnerabilidades, nadie podrá herirte, o que si sostienes y proteges a todos los que te rodean, te lo recompensarán.

Te dices, de una u otra manera, que es necesario dar tu mejor actuación.
¿En qué escenario te identificas como un personaje?
¿Qué caracteriza a este papel?
¿Qué provoca esto en los espectadores?
SENTIRES
El Escenario resulta similar a otros, incluso parece a veces una copia de algún otro escenario pasado, alguno en el cual tuviste ya el privilegio de actuar.
Toda actuación tiene una muy buena intención detrás, algo positivo para ti y/o para los demás, y sobre esto se construye una manera de lidiar con la realidad.
Te adaptas a los diversos escenarios según cómo aprendiste a hacerlo, especialmente en tus primeros años de vida.

«La paradoja es que, para realmente alcanzar eso que buscas tras tu actuación, necesitas abandonar el personaje. «
Vestir este personaje puede que te sienta bien, de hecho puede que te resulte cómodo. Tal vez esté siendo importante para ti cumplir con él.
O quizás, cuando vuelves al camerino y te encuentras con tu persona, detrás del personaje, algo te oprime el pecho. Y dudes. Y necesites convencerte. Y decidas seguir actuando.
Te comprendo.
Me he sorprendido sobre el escenario varias veces en mi vida y estimo que lo seguiré haciendo. Y es que sospecho que adquirimos plena conciencia de nuestro personaje cuando llega el momento de abandonar la actuación, y acercarnos más a nuestra esencial presencia…
COHERENCIA
¡Atención! Recuerda que existe una intención positiva detrás. Es importante explorar cuál es para atenderla, comprenderla, integrarla.
Ahora, resulta que esta es una de esas obras en las que descubres al final que la respuesta estaba frente a tus narices. La paradoja es que, para realmente alcanzar eso que buscas tras tu actuación, necesitas abandonar el personaje.
Esto muchas veces requerirá revisar y actualizar tus creencias -incluso las colectivas- (sobre esto te invito a leer el artículo Cambiar pensamientos, cambiar el destino), descubrir y desarrollar habilidades -que te aseguro ya existen en ti-, practicar tu asertividad, aceptar e integrar lo que es, entre otras posibilidades.
Abandonar el personaje requerirá, todas las veces, crecer en Coherencia.
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Para que los demás te amen, primero necesitas amarte a ti mismo; para que te respeten, no es necesario ser duro, sí respetarte y autoafirmarte.
Integrar tus vulnerabilidades, abrazarlas, te hará más fuerte; comenzar a sostenerte a ti mismo, cuidarte sanará el dolor y te enseñará a sentirte bien acompañado, aún en la soledad…
Quizás la mejor actuación que hoy puedas brindar es una que te muestra tal como eres, una que afronta las situaciones difíciles, que tiene miedo e igual actúa, que duda y se permite dudar, que acierta y lo celebra.

Al principio, tal vez también sientas que estás actuando un poco, porque estarás explorando una forma diferente de subirte al escenario.
¡Anímate!
Date tiempo para probar, equivocarte y aprender. Vienes de un tiempo, quizás de años, de estar sosteniendo el personaje; es normal que el cambio lleve también su tiempo.
Date tiempo para aprender a ser tú mismo…
En base a mi propio proceso de desarrollo y también a las sesiones de Coaching que facilito, puedo compartirte que desarrollar tu coherencia entre lo que dices, sientes y haces te permitirá vivir una vida más plena y obtener mejores resultados.
Date la oportunidad…
La obra más hermosa que alguien pudiera llegar a crear está en tus manos, es tu vida.
Habrá otros escenarios, personajes, luces y sombras, espectadores.
Te toca ser el guionista, el director y el protagonista.
Date el permiso de honrar tu propia historia.
Date tu mejor actuación.
Me gustó mucho tu artículo Eduardo!!! Siempre es bueno invitar a que reflexionemos sobre estos temas. Adelante!!!
Gracias Alba querida!!! Disfruto abrir reflexiones que luego otros puedan seguir profundizando.
Además, sin duda alguna escribir me permite a mí un ejercicio muy lindo de introspección.
Saludos fraternos!
un peazo post de fácil y sencilla lectura,
que gustazo leer así, gracias administrador.
Gracias a ti por leernos y dejarnos tu comentario!!
Eso ya vale el post 🙂
Saludos fraternos!